ARGENTINA CRECERÁ 3,6% EN 2022
8 junio, 2022
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) modificó al alza la proyección de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) argentino a 3,6% para el corriente año, lo que representa 1,1 punto porcentual más que la estimación anterior realizada en diciembre pasado.
El crecimiento previsto por el organismo para la Argentina este año es el segundo más alto de América Latina, solamente superado por el 6,1% estimado para Colombia y mayor al 3,2% de Costa Rica, 1,9% de México, 1,4% de Chile y 0,6% de Brasil.
Para 2023, la OCDE proyectó un crecimiento del PBI argentino del 1,9% (5,56% para el bienio 2022/23), por debajo del 2,6% de Costa Rica y 2,1% de Colombia y México, y superior al 1,2% previsto para Brasil y el 0,1% estimado para Chile.
La organización multilateral redujo de 4,5% a 3% su proyección de crecimiento mundial mientras que en 2023 se prevé una expansión del 2,8%.
Las proyecciones, que según la OCDE tienen un alto margen de incertidumbre, fueron modificadas a la baja en gran parte de las principales economías.
Se estima que la Eurozona crezca este año 2,6% (1,7 punto porcentual menos que en la proyección anterior) con Alemania expandiéndose 1,9% (-2,2) y Francia 2,4% (-1,8). En tanto, Estados Unidos crecería 2,5% (-1,2 pp), China 4,4% (-0,7) y Reino Unido 3,6% (-1,1).
En cuanto a Argentina, la OCDE espera un crecimiento de 3,6% en 2022 y de 1,9% en 2023 y destacó que «el reciente acuerdo con los acreedores externos disminuirá la incertidumbre y ayudará a reducir gradualmente los desequilibrios macroeconómicos de larga data».
Por su parte, el organismo también destacó «la recuperación total del empleo» aunque indicó que «los salarios reales siguen por debajo de los niveles de 2019».
OCDE recordó que «la tasa de política monetaria se elevó cinco veces a principios de 2022» y sostuvo que «se espera que aumente aún más para garantizar tasas de interés reales positivas, ya que los mercados financieros nacionales desempeñarán un papel cada vez más importante en la financiación del déficit fiscal».
«A corto plazo, garantizar una renovación continua de la deuda en moneda nacional requerirá el mantenimiento de estrictos controles cambiarios», indicó, al tiempo que advirtió que esa política «implica un daño colateral para el crecimiento».
Al mismo tiempo, el organismo elevó sus proyecciones anuales de inflación de 44,4% a 58% y explicó que se debe mayormente a «factores domésticos» y a «expectativas inflacionarias desancladas» ya que los «precios domésticos claves -como los de la energía- están desacoplados de los desarrollos globales».
Sin embargo, explicó que la reducción del déficit y los límites en el financiamiento monetario junto a mayores tasas de interés locales reducirán las presiones inflacionarias y expandirán el financiamiento local, además de reducir la brecha cambiaria.
El consumo privado, en tanto, se mantendrá «bajo en 2022» para luego «acelerarse en 2023 a medida que crece la confianza en el programa macroeconómico», mientras que las exportaciones «seguirán sólidas, con los altos precios de commodities». A su vez, recomendó «mejoras en la eficiencia del gasto público», que «aliviaría las tensiones y los desequilibrios macroeconómicos y reduciría los riesgos».
«Por el contrario, los gastos sociales bien focalizados, en particular las transferencias de efectivo a los hogares pobres y vulnerables, deben salvaguardarse o incluso expandirse», subrayó la OCDE.
En el ámbito impositivo, el informe reclamó «la ampliación de las bases imponibles, incluidos los impuestos sobre la renta de las personas físicas», así como «la revisión de los regímenes especiales de impuestos y pensiones» que «podrían mejorar los resultados fiscales y aumentar la equidad».